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Enrique Ricardo Del Valle

Enrique Ricardo Del Valle

Nació en Buenos Aires el 1° de junio de 1921 y murió en la misma ciudad el 25 de agosto de 1998. En el Libro de los 30 años escribió: “Como bibliotecario me encuentro parando libros en las estanterías de la biblioteca académica, tarea que he realizado, realizo y realizaré mientras viva”. Cumplió. Al morir, había parado 3607. Él organizó la biblioteca, él la dirigió hasta su muerte. Por iniciativa del académico Bernal, compartida unánimemente, le fue impuesto su nombre a la biblioteca académica el 3 de diciembre de 1994.

Después de seguir estudios de locutor radiofónico, de árabe literal (en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires) y de éuskaro (en la institución Laurak Bat), obtuvo su diploma de bibliotecario en la Escuela de Bibliotecología del Museo Social Argentino (1949-1950). Sus conocimientos lo llevaron a desempeñarse como bibliotecario en la Dirección Nacional de la Marina Mercante y en el Ministerio de Transporte. También siguió cursos de lingüística. Fue consultor de distinguidos filólogos de otros países, como Max Leopold Wagner y Julio Casares. A éste último propuso, en 1953, una definición de lunfardo, que fue recogida en la edición de 1966 del Diccionario de la Real Academia Española. Del Valle fue de los primeros en encarar el estudio del lunfardo con criterio científico. Así lo demuestran sus colaboraciones publicadas en gran número de periódicos.

En julio de 1963, la Academia designó a Enrique Ricardo Del Valle Académico Correspondiente en Venado Tuerto, ciudad santafecina donde estaba radicado. Trasladado a la Capital Federal en noviembre de ese año fue designado Académico de Número y titular del sillón «Bartolomé Rodolfo Aprile», teniendo en cuenta que se había contado entre los invitados a la reunión fundacional del 21 de diciembre de 1962, a la que no había podido asistir, precisamente por no vivir en Buenos Aires.

Ya como Académico de Número publicó Lunfardología (1966) y Diccionario del turf y de las carreras cuadreras (1971). Otros de sus trabajos son la edición crítica ordenada de El lenguaje del bajo fondo, de Luis Contreras Villamayor, y la de Textos eróticos del Río de la Plata, compilados en 1923 por Robert Lehmann Nitsche.

Lo importante –dijo Eduardo Giorlandini– ha sido la pasión que lo envolvía, no cualquier pasión, sino esa que permite sentir con alma y vida, para que la voz sea del alma que canta con cariño, con pureza y con vigor, un sentimiento transportador de alegría”.

La biblioteca y el archivo académico conservan un vastísimo número de trabajos de Enrique Ricardo Del Valle, a quien se debe la organización del fichero lexicológico de la Academia Porteña del Lunfardo, que suma ya varios millares de papeletas.