Nació en la ciudad de Nogoyá (provincia de Entre Ríos) el 31 de marzo de 1917 y murió en Paraná –capital de la misma provincia– el 26 de diciembre de 1992. Fue propuesto para Académico Correspondiente el 20 de abril de 1965 por Amaro Villanueva, deseoso de contribuir a la extensión de las relaciones de la Academia con estudiosos del resto del país especializados en cuestiones del idioma nacional.
Turi orientó su vocación literaria hacia la enseñanza y en 1940 se graduó como Profesor de enseñanza secundaria, normal y especial en Castellano y Literatura en el Instituto Nacional del Profesorado Secundario de Paraná, con un promedio de calificaciones de 8,56 puntos sobre 10.
Allí contó entre sus maestros a don Marcos Augusto Morínigo, que sería el segundo presidente de la Academia Porteña del Lunfardo. Su carrera docente fue luego extensa y fecunda e incluye su desempeño como profesor de Lingüística en el Instituto del Profesorado de la Universidad Nacional del Litoral. Paralelamente desarrolló su labor de periodista y de conferencista.
Si bien Turi fue primordialmente un educador y entregó a la enseñanza sus amores y sus afanes, dejó una obra poética muy apreciada, que incluye un bello Romance de la muerte de don José Hernández (1972) y notables trabajos de investigación lingüística, entre los que se destacan El castellano en nuestros labios. Ensayos sobre el habla entrerriana (Ediciones Colmegna de Santa Fe, 1971). Se trata de una colección de cinco ensayos, premiados en 1962, en cuyas páginas el rigor científico y el donaire conviven con la erudición. Su prosa tiene la claridad lograda en largos años de docencia, la fluidez propia de su condición de periodista y un sentido del ritmo y la cadencia acendrada en el cultivo del verso.
El profesor Turi fue designado Académico Correspondiente en Paraná el 29 de mayo de 1965.
