Nació en Bayona, una aldea de pescadores de Galicia, el 10 de setiembre de 1897 y murió en Montevideo (Uruguay) el 13 de octubre de 1983.
A los catorce meses de edad fue llevado por sus padres a Montevideo; en 1916 ya era taquígrafo de la Cámara de Diputados y en 1918 se contaba entre los fundadores del Club Atlético Atenas, en el que organizó la famosa Troupe Jurídica, rebautizada en 1923 como Troupe Jurídica Ateniense. Se trataba de un conjunto de escritores, periodistas, actores y cantantes que ofrecían un espectáculo ubicado a mitad de camino entre la revista y el varieté. En 1927 el conjunto incorporó al galán cantor Alberto Vila –quien desarrollaría una brillante carrera escénica y cinematográfica– y alcanzó éxitos memorables en sus presentaciones realizadas en Montevideo y en Buenos Aires.
Soliño era libretista de la Troupe, para la que también escribía Roberto Fontaina. En colaboración con éste, y a veces sin colaboración alguna, dio a conocer un vastísimo número de canciones populares, algunas de las cuales no sólo formaron parte del repertorio de grandes intérpretes, sino que anduvieron durante muchos años en millones de bocas. Basta recordar Coperito (1927), Garufa (1928), Maula (1925), Mocosita (1925), Niño bien (1928).
Miembro fundador de AGADU (Asociación General de Autores del Uruguay), Soliño fue un ardoroso y desinteresado propulsor de la organización de los trabajadores intelectuales. En Buenos Aires tuvo muchísimos amigos y admiradores. Al presentar su candidatura a Correspondiente de la Academia Porteña del Lunfardo, dijo Luis Alfredo Sciutto: “Es un montevideano legítimo, aunque no tenga el sello de envasado en origen, y un porteño por afinidad, por vocación y por adopción espiritual y tanguera”.
Víctor Soliño fue designado Académico Correspondiente en Montevideo el 7 de junio de 1975. El 31 de mayo de 1976 se incorporó ceremonialmente con un memorable discurso sobre el origen del tango La cumparsita.
