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Martín Vicente Darré

Martín Vicente Darré

Nació en Buenos Aires el 26 de mayo de 1916 y murió en la misma ciudad el 12 de noviembre de 1991. Fue un musico cabal, un autodidacto que llevaba toda la música en la cabeza. No tuvo maestros, pero ello no le impidió formar en la vanguardia de los grandes orquestadores del tango –Julio Rosenberg, Julio Perceval, Sebastián Lombardo– cuando todavía era un muchacho. A los 17 años era primer bandoneón e instrumentador de la orquesta típica sinfónica de Francisco Lomuto y muy pronto tomó a su cargo las instrumentaciones de la jazz-band de Héctor Lomuto y de la orquesta de música vienesa Dajos Bela. Posteriormente se incorporó, siempre como arreglador, en la orquesta lírico-popular de Mariano Mores, con quien colaboró también como autor en algunas comedias musicales y como letrista en “Tan sólo un loco amor” y “Viejo Buenos Aires”.

Se contó entre los promotores de la orquesta Gigante de Radio El Mundo, que fusionó los grandes conjuntos de Osvaldo Fresedo, Julio De Caro, Francisco Lomuto, Edgardo Donato, Juan Canaro y Ricardo Tanturi, con el aditamento de secciones de viento y percusión.

En 1978 ganó el concurso destinado a seleccionar el himno oficial del Campeonato Mundial de Fútbol, disputado en la Argentina. “Esta marcha –dijo– tiene fervor deportivo, pero no localista; sentido de bienvenida, de cordialidad, de convivencia, de exaltación de los valores del deporte”. La versión fonográfica oficial de esa marcha fue confiada a la Banda Sinfónica Municipal, dirigida a la sazón por Victorino Sierra, y al coro masculino del teatro Colón. Banda y coro la interpretaron sobre concertación instrumental del autor.

La que él llamaba su lucha por la música lo condujo a desarrollar una animosa labor gremial en la Asociación del profesorado orquestal, en el Sindicato Argentino de Música y en la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música (SADAIC). Integró también el buró ejecutivo de la Sociedad Internacional de Autores y Compositores (CISAC) con sede en París.

Darré fue elegido Académico de Número y titular del sillón «Celedonio Esteban Flores» el 5 de abril de 1982. El 20 de octubre de ese año se incorporó ceremonialmente y leyó un memorable trabajo sobre música, géneros populares y arreglo musical, que apareció publicado en el número 17-20 del Boletín de la Academia. En el archivo académico también constan sus trabajos sobre Francisco Lomuto y Roberto Defilippo.