José Gobello

José Gobello nació en Nació en Martínez (provincia de Buenos Aires) el 26 de setiembre de 1919 y falleció en Ramos Mejía (provincia de Buenos Aires) el 28 de octubre de 2013. Estuvo casado con la Profesora en letras Marta Delia Sánchez, con quien tuvo un hijo llamado Misael.

Desde muy joven se dedicó al periodismo y los tramos más importantes de su carrera los cubrió en los diario El Pueblo y Democracia, de Buenos Aires. En este último difundió, en la primera mitad de la década de 1950, el seudónimo Belgo. En 1948 se contó entre los fundadores del Sindicato Argentino de Prensa, del que fue, durante varios años, secretario gremial. En atención a su actividad sindical y a su labor periodística, la CGT propuso su candidatura a diputado nacional. Proclamado candidato por el partido peronista, representó a la provincia de Buenos Aires en la Cámara de Diputados de la Nación desde el 1° de mayo de 1952 hasta el 30 de abril de 1955. Producida la Revolución Libertadora, fue encarcelado, como todos los diputados peronistas y gran número de militantes, y permaneció en prisión (en la vieja Penitenciaría Nacional de la Av. Las Heras) más de dos años. En ese lapso escribió, y publicó desde la cárcel, un libro de cuentos titulado Historias con ladrones (1957). En la Cámara de Diputados desarrolló una actividad que no careció de relevancia, principalmente por sus intervenciones como miembro informante de la devolución de los trofeos de guerra a la República del Paraguay y de la creación de medallas al mérito artístico. Informó también el proyecto de reforma a la ley de propiedad intelectual apoyado por los autores y compositores de música.

Gobello, sin embargo, es principalmente conocido como estudioso del habla popular Buenos Aires. Su primer trabajo al respecto fue Lunfardía, volumen publicado en 1953 y saludado por Julián Centeya con un poema reproducido luego en su libro La musa mistonga. En noviembre de 1954 Gobello ofreció en el teatro Cervantes, con Julián Centeya, Iván Diez y gran número de actores y cantantes, una conferencia ilustrada sobre lunfardo. Los artículos periodísticos que dedicó a este tema, las conferencias que dictó y los libros que publicó han hecho del nombre de Gobello una suerte de sinónimo de lunfardo, a tal punto que Jorge Luis Borges dijo alguna vez, en la serie de reportajes radiofónicos que le hizo Antonio Carrizo: “Yo creo que el lunfardo es un invento de Gobello y Vacarezza”.

El 21 de diciembre de 1962, con un grupo de escritores y periodistas, fundó la Academia Porteña del Lunfardo, institución destinada a realizar un permanente seguimiento de la evolución del habla en Buenos Aires. Es una organización no gubernamental que cuenta con un edificio propio, sostiene una biblioteca pública y sistemáticamente ofrece recitales, cursos, conferencias, conciertos y muestras plásticas.

Sobre la actuación de Gobello en la Academia ha escrito otro de los fundadores de esa institución, Luis Soler Cañas, quien lo llamó “el revitalizador del lunfardo, el hombre que no sólo volvió a despertar el interés de la gente por el lenguaje popular así denominado, sino que además abrió una ancha brecha entre los prejuicios que hasta ese momento lo tenían relegado como a una jerga prohibida, delictuosa y hasta corruptora”. A su vez José Barcia, que durante 18 años presidió la Academia, dejó escrito: “A su iniciativa se debe la creación de la Academia Porteña del Lunfardo, ahora desenvuelta con vida vigorosa, más que nada por su diligencia infatigable”.

Amaro Villanueva, el autor de El mate y Crítica y pico, consideraba a Gobello como “la autoridad máxima en materia de conocimiento del lunfardo”. Esta opinión fue compartida por muchos otros estudiosos, entre ellos el lingüista Marcos Augusto Morínigo y el profesor Giovanni Meo Zilio, quien, en 1969, llevó a Gobello a la Universidad de Florencia, a hablar sobre el tema. Aprovechando aquella estada en Italia, Gobello perfeccionó conocimientos en Bolonia, con el eminente jergólogo Alberto Menarini, autor de I Gerghi Bolognesi. Años más tarde tuvo ocasión de ocuparse de las mismas cuestiones ante los alumnos de la Facultad de Letras y Ciencias Sociales de la Universidad de Bretania Occidental, con asiento en Brest (Francia).

Además de Lunfardía –reeditado en 2001 y 2009–, Gobello dedicó al lenguaje de Buenos Aires otros volúmenes, varios de los cuales son diccionarios: Breve diccionario lunfardo (1959, en colaboración con Luciano Payet); Diccionario lunfardo (1975); Nuevo diccionario lunfardo (1990); Diccionario de voces extranjeras usadas en la Argentina (1988), Vocabulario ideológico del lunfardo (1998, en colaboración con Irene Amuchástegui), Diccionario gauchesco (2003), y tres en colaboración con Marcelo Héctor Oliveri: Diccionario de la crisis (2002), Novísimo diccionario lunfardo (2004) y Diccionario del habla de Buenos Aires (2006). A esos volúmenes deben sumarse Palabras perdidas (1973), El lenguaje de mi pueblo (1974), Etimologías (1978), Aproximación al Lunfardo (1996), Ascasubi lexicógrafo (2003) y Blanqueo etimológico del lunfardo (2005). Todo ello lo ha convertido en el más importante lexicógrafo argentino del siglo XX.

También se ha interesado Gobello por el tango, al que dedicó también cuatro libros y varias antologías. Los primeros son Conversando tangos (1976) y Crónica general del tango (1980); posteriormente vieron la luz Breve historia crítica del tango (1999) y Mujeres y hombres que hicieron el tango (2002). La antología Tangos, letras y letristas incluyó seis volúmenes, el último de los cuales es un diccionario de tangos. Como antólogo ha firmado Primera antología lunfarda (1961, en colaboración con Luis Soler Cañas), Las letras del tango de Villoldo a Borges (1966, en colaboración con Eduardo Stilman), Nueva antología lunfarda (1972), la monumental Letras de tango (en tres volúmenes, 1997, que posee una versión abreviada), Paratangos (2003) y Costumbrismo lunfardo (2004).

Fue Gobello quien rescató la primera historia del tango, publicada por Viejo Tanguero en 1913 en el diario Crítica de Buenos Aires y quien dio a conocer el discurso de Jean Richepin, pronunciado en la reunión de las cuatro academias de Francia el mismo año, titulado A propos du tango. No debe omitirse su trabajo El tango como sistema de incorporación, leído en Zaragoza (España) en la muestra “El tango hasta Gardel” realizada en el Palacio de Sástago (1986).

En colaboración con Marcelo Héctor Oliveri ha publicado: Tangueces y lunfardismos del rock argentino (2001), Tangueces y lunfardismos de la cumbia villera (2003), Curso básico de lunfardo (2004; 2ª edic. 2006), Summa lunfarda (2005), Cómo era Gardel (2009) y Cronología del tango (2011).

Dentro de la Academia Porteña del Lunfardo ha sido autor de numerosas comunicaciones académicas y de diversos folletos, tales como El lunfardo en la novela (1990), Cultura lunfarda (1994), Cervantes y el lunfardo (2001), Quinientos años del Castellano en América (2002), La misericordia en el tango (2003), entre muchos otros.

Fuera del ámbito de la Academia Porteña del Lunfardo, los argentinos le deben mucho por su labor en la preservación de nuestro patrimonio cultural, que ayudó a difundir y a amar entre los auditorios de sus innumerables charlas y conferencias así como en el ejercicio de la cátedra, tanto en el Centro Educativo del Tango (en sus inicios denominado Universidad del Tango) como en el Liceo del Tango, perteneciente a la Academia Nacional del Tango.

Pero su tarea de investigador y difusor de las creaciones culturales de Buenos Aires no han apartado a Gobello de su vocación periodística. Gran número de sus trabajos periodísticos fueron recogidos en los dos tomos de su libro Fuera de Contexto (1998 y 1999, respectivamente). Por otra parte, sus memorias han sido recogidas en el libro de Marcelo H. Oliveri José Gobello, sus escritos, sus ideas, sus amores (2002).

José Gobello, además de académico fundador, secretario y presidente de la Academia Porteña del Lunfardo, ha sido miembro de número (y posteriormente académico consulto) de la Academia Nacional del Tango, académico correspondiente de la Academia Nacional de Letras del Uruguay y miembro correspondiente de la Academia de Buenas Letras, Bellas Artes y Ciencias de Huelva (España).